El béisbol no es solo un deporte; para algunos, es un sueño que comienza con una pelota en las manos y el corazón lleno de ilusiones, ese es el caso de Jesús Ríos, un joven lanzador mazatleco que ha demostrado que, con trabajo duro y pasión, los sueños pueden convertirse en realidad.
“Yo creo que satisfacción de llegar a esos niveles, no hay muchos paisanos escalando en diferentes niveles del béisbol. En la liga media de Kansas solo estábamos Jonathan Bernal y yo. Es una satisfacción muy grande el poder demostrar que podemos hacer el mismo trabajo, incluso mejor, que otras personas”, comparte con una mezcla de orgullo y humildad.
El niño proveniente de la colonia Flores Magón soñó con estar en el diamante, no solo jugando, sino brillando. Esa imagen de verse en la televisión, de escuchar a la gente corear su nombre y de tener a su familia entre el público, lo motivó desde sus primeros pasos en el béisbol infantil. Sin embargo, no todo fue sencillo.
“Yo no era como los demás niños en las ligas infantiles que juegan todas las posiciones, no bateaba, pero siempre tuve buen brazo y jugué outfield, cuando llegó el momento me enfoqué en la lanzar”.
El relevista debutó en la Liga Mexicana de Beisbol en el 2021 con Generales de Durango, fue en la temporada 2021-2022 cuando llegó su turno en la Liga ARCO Mexicana del Pacífico y de debutar en su casa, con el equipo de su corazón, Venados de Mazatlán.
“El debutar en casa, que te vea gente que te conoce desde chico, que se acerquen a pedirte una foto o una firma, es una emoción única. Se siente más nerviosismo estar en casa porque quieres dar lo mejor para ellos.”
Cada lanzamiento cuenta una historia, Desde el bullpen hasta la loma, Jesús Ríos enfrenta un torbellino de emociones.
“Qué siento?, creo que el nerviosismo es mayor cuando calientas, que te mande a llamar el mánager pues es la responsabilidad, la mente te consume en el bullpen, en ocasiones sales con un plan y se olvida, arriba de la loma solo te concentras en el cátcher y el bateador”, compartió.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. Como cualquier ser humano, ha enfrentado momentos de duda, pero su filosofía de vida lo ha mantenido firme. “Muchas veces no confiamos en nosotros mismos. Me ha pasado, me cuestiono, pero siempre recuerdo las palabras de quienes me han apoyado: confía en lo que tienes y trabaja en base a eso.”
Hoy, su mejor recuerdo sigue siendo el día de su debut, cuando su familia lo acompañó desde las gradas. “Mi sueño es tener una carrera sólida, ser constante, dejar buenos números y que mi nombre sea recordado. No quiero ser alguien que solo jugó una o dos temporadas; quiero dejar huella.”
El camino del mazatleco es un recordatorio de que los sueños se construyen con trabajo, esfuerzo y amor por lo que hacemos. Para él, el béisbol es más que un juego: es una forma de vivir y honrar sus raíces.
Jesús Ríos entrena en su casa, el Estadio del Teodoro Mariscal, en el mes de enero regresar al complejo de Kansas City y en abril espera iniciar su temporada de verano en la MiLB, en busca de seguir mejorando.